Mar de olas, mar de emociones, de sensaciones, de pensamientos
Md
Una mañana estando de vacaciones en la costa Alicantina decidí ir a meditar frente al mar, en un lugar por donde había estado paseando la tarde anterior, donde las olas llegaban con calma y amabilidad, y que me había parecido especialmente apropiado para hacer la meditación de la mañana. Cuando llegué al lugar para la meditación no todo estaba como esperaba. Esa mañana, las olas que llegaban lo hacían con energía y bravura, arrastrando diversas cosas hacia la orilla; sin duda eran olas abrumadoras e impredecibles en algunos momentos. Seguí con mi plan de meditación.

Durante la meditación, alguna de las cosas que vinieron a mi mente fue que las olas del mar eran comparables a las olas de la vida, hay veces que gozamos de periodos de calma y tranquilidad, la vida parece que nos trata de forma amable. Otras veces la vida nos trata de forma abrumadora, podríamos decir, ruda, bruta; nos trae momentos de dificultad, en los que parece que nos arrastra y nos mece de aquí para allá, sin control alguno, de forma agotadora.
Ambas situaciones son la misma vida, son diferentes realidades en las que nos vemos envueltos, algunas veces sin saber como hemos llegado hasta allí; y aunque algunos momentos nos pueden parecer eternos, los que nos resultan desagradables, y otros efímeros, los que nos resultan agradables; lo cierto es que todos son pasajeros, y todos forman parte de una vida que se enriquece a través de las diversas experiencias que pasamos. Fue en ese momento cuando decidí poner a esta página dedicada al mindfulness, el nombre de “mar de olas”.
Más tarde en otros momentos de meditación, cuando he estado trabajando las emociones o los pensamientos, tampoco he podido evitar acordarme del mar y hacer un paralelismo entre las olas del mar y las emociones, los pensamientos o las sensaciones.
De forma similar al mar de olas tenemos un mar de emociones o pensamientos que surgen muchas veces sin darnos cuenta o sin saber bien por qué, y de la misma forma se desvanecen para dar lugar a otra emoción u otro pensamiento.
A veces, nuestras emociones son suaves y calmadas, como unas pequeñas olas que apenas rizan la superficie del mar. En otras ocasiones, pueden ser intensas y tumultuosas, como grandes olas de un mar agitado por alguna tormenta. El mar de emociones, al igual que el mar de olas, está en constante cambio, y cada emoción es temporal. Mindfulness nos ayuda a navegar este mar de olas emocionales, una capacidad fundamental para mantener equilibrio y cultivar nuestro bienestar.
El mar de pensamientos también se puede comparar con el mar de olas. Los pensamientos vienen y van, al igual que las olas, a veces de manera ordenada y otras veces de forma caótica. Pueden ser constructivos y positivos, como olas que nos mecen de forma agradable, o pueden ser arrolladores, negativos y destructivos, como olas que nos arrastran fuera de rumbo. La práctica de Mindfulness puede ayudarnos a observar estos pensamientos sin dejarnos llevar por ellos, permitiéndonos navegar, manteniendo la calma, en medio de la tormenta.
Con las sensaciones ocurre lo mismo, solo que se produce otro fenómeno, y es la ausencia de sensación, lo que ni es agradable ni desagradable, en un primer momento parece positivo, pero nos lleva a una situación de aburrimiento engañosa, es como la “calma chicha en el mar”, ese momento sin oleaje, sin viento en el mar, sin movimiento alguno, dejando a los barcos a merced de las corriente, sin rumbo y con una sensación de espera eterna, de profundo aburrimiento, que lleva a la apatía y a la desgana. Es un estado que los marineros experimentados temen porque suele ser el preludio de algún cambio brusco en las condiciones del mar.
Como la experiencia de las olas o de la calma en el mar, las olas de las emociones, las olas de los pensamientos y las de las sensaciones son parte de un ciclo natural, todas son temporales y todas tienen el poder de influir en nuestras vidas de forma significativa. Aprender a navegar con Mindfulness, a entender y manejar estas olas, nos ayuda a encontrar una mayor paz, equilibrio y bienestar en nuestro día a día.
¿Eres consciente de cómo te afecta tu mar de emociones en tu día a día, en tus realciones, en tu trabajo, a tí mismo, a tu descanso?
¿Puedes observar cómo tu mar de pensamientos afecta en tu día a día, a tus relaciones, a tu trabajo, a tí mismo, a tu descanso?